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Héroes Invisibles

Celia

Madre de Yago

"Nos ha tocado la pedrea"

Un coche mejor, una casa más grande, un viaje más lejos. Un coche mejor, una casa más grande, un viaje más lejos. Un coche mejor, una casa más grande, un viaje más lejos. Una auténtica rueda de hámster. “La vida me ha dado un toque diciéndome ‘Celia, despierta que la vida no va de esto, que las cosas no son así’". – Hace siete años su rueda se paró; la vida se frenó en seco y le enseñó una nueva manera de vivir. 

Celia hasta hace siete años trabajaba en una consultora con un cargo de mucha responsabilidad, una gran carga de trabajo y un abultado sueldo. Celia hasta hace siete años vivía por y para el trabajo, con una escala de prioridades diferentes a las de ahora. “Es frívolo, pero entras en bucle con eso. Y probablemente la vida me estaba avisando de otras maneras, pero no lo supe ver”. Hace siete años nació Yago, su segundo hijo, y su vida cambió.

 

Nada más nacer, el pequeño entró en una incubadora porque tenía insuficiencia renal. A los diez días de vida, el médico de la consulta privada les alarmó de la peligrosa situación. "Quizá esto es lo peor; el shock de no entender nada, pero de darte cuenta que algo ha cambiado para siempre.” – explica Celia mientras me advierte de algo: “A nosotros nos ha tocado la pedrea. Lo que te voy a contar es todo desde el optimismo y la alegría: cómo una situación muy complicada nos ha aportado una maravilla. Yo soy súper feliz, y mucho más desde que Yago nació”.  

Celia entiende esta enfermedad como una verdadera lección de vida; "El nivel de conciencia que he conseguido con todo esto, … Es cierto que estas situaciones o las coges como nosotros o las coges como una desgracia. Esto varía totalmente dependiendo de la persona”.  En su caso, Celia ha decidido afrontar la baja laboral y la enfermedad de Yago de una manera positiva.

 

En los primeros meses, intentó compaginar sin éxito su pasada vida con la nueva porque no entendía el no trabajar. “Un día de consulta, una madre me explicó la prestación del 99,9% pero por dentro pensé: ‘¿yo? Yo no voy a dejar de trabajar, mi trabajo es lo primero"- explica con cierta ironía, viéndose a sí misma desde la distancia, de joven. “Trabajábamos los dos y mi madre nos ayudaba, pero claro, a mi madre también le sobrepasaba la situación porque Yago era complicado. El niño no paraba de vomitar y eso generaba angustia porque el niño está malito y por eso vomita. Yo no sé cómo no me maté en la carretera y cómo no me echaron. El problema es que no podia dejar de trabajar, no me lo podía permitir"-.

En septiembre de 2017, Yago fue trasplantado gracias al riñón de su madre pero tomar la decisión fue complicado:

Celia Arroyo - La decisión de ser donante
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 “Cuando lo enfrentas, te da una fuerza interior impresionante porque te superas a tí misma, a tus miedos, y esto te empodera ”–.

Para Celia, esa mujer que le explicó la existencia de esta ayuda fue la salvación ante el momento de abismo en el que se encontraban. “Si no me hubiese hablado de esta ayuda, hubiese tenido que dejar el trabajo y no me hubiesen cogido en otro porque compaginar el nivel de vida que llevaba y mi nueva vida era inviable” –.

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"En mi caso fue horrible porque tuve que dejar de trabajar, cuando era lo que más feliz me hacia, pero no tenía otra opción."

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Celia se siente una privilegiada por vivir en el país que vive y de las oportunidades que aquí existen para pacientes como su hijo. “Un día La chica que limpia en mi casa me dijo, ‘señora, en mi país estos niños se mueren’.” Esta mujer estaba en lo cierto. Solo en 2018 se realizaron en España un total de 3310 trasplantes renales y 77 de ellos han sido trasplantes renales infantiles, máximos históricos registrados por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). 

Protestar no es victimismo, la realidad es dura y hay que mostrarla para dar visibilidad. En mi caso, he tenido mucha suerte pero esto puede ser un verdadero drama, si no tienes opción de tener la prestación económica o recursos para afrontarlo.”–.

Celia destaca el coste no solo emocional sino también económico que una enfermedad así supone. “Por ejemplo, el año pasado tuvo una infección que solo se la curaba una medicación que nos costó 900€ al final.” asegura Celia. Un importante desembolso que no todas las familias pueden asumir. “Protestar por esto no es victimismo, la realidad es dura y hay que mostrarla para dar visibilidad. En mi caso, he tenido mucha suerte pero esto puede ser un verdadero drama, más allá de lo emocional, si no tienes opción de tener la prestación económica o recursos para afrontarlo.”–.

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Celia es un héroe tanto para Yago como para sí misma porque ha conseguido superarse, enfrentar miedos y, sobretodo, abrir los ojos para descubrir realmente lo que es importante en la vida. “Es un regalo aprender a vivir el día a día. Sin plantearte más."-.

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Trabajo de Fin de Grado (TFG) de Periodismo 2019

Universidad Carlos III de Madrid

CARMEN JIMENEZ MELGOSA

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