
Héroes Invisibles
Vanesa Belmar
​
Madre de Miguel
Mi mono Reno
Vanesa es madre de tres hijos, estudió farmacia, ejerció y nunca se imaginó que algún día su nombre estaría en la portada de un cuento, Mi mono Reno. Sin embargo, no es un cuento cualquiera; es un cuento que habla de una persona que solo tiene un riñón, de un mono-renal. Deduzcan solos el título.
El cuento narra la historia de un monito que en realidad no se llama Reno, se llama Miguel, vive en Madrid y tiene 8 años. Este cuento es un regalo para su hijo y para todos los niños en su situación, pero también representa una forma con la que Vanesa ha conseguido liberar sus sentimientos contradictorios en torno a la enfermedad. “Sé que estoy haciendo el mejor trabajo del mundo, lo sé, pero esto no está pagado. Mi mejor trabajo es intentar sacar a mi hijo adelante, pero es duro. Es duro porque has estudiado una carrera, tienes una proyección, te relacionas con gente, y de repente tu máxima relación es con la cajera del Mercadona. Pero, lo haría mil veces.” Confiesa, con los ojos ligeramente humedecidos.
“Yo estaba en una farmacéutica y mi trabajo era estar todo el día en la calle: congresos, reuniones... y de repente frenazo en seco, con latigazo cervical incluido.” Vanesa es la madre de Miguel, un niño con una enfermedad renal crónica detectada a las veinticuatro semanas del embarazo. "La ginecóloga me da un papel para que me limpie el gel y me dice, límpiese. Acto seguido le dice a la auxiliar:‘Anota: informa a los padres de la gravedad de la enfermedad y posibilidad de ILE (interrupción legal del embarazo)’. ‘Señora, tiene usted cinco días para elegir si sigue o no con la gestación’. Imagínate cómo se te queda el cuerpo…”.
“Al final, aprendes a que hay que salir llorado de casa, especialmente por los demás”




"¿Qué supone intentar compaginar tu nueva situación con tu vida anterior?"
“Al final, aprendes a que hay que salir llorado de casa, especialmente por los demás” resalta Vanesa en referencia a su hija mayor, la persona que quizás peor lo ha pasado con esta situación. Esta enfermedad es muy imprevisible porque las hospitalizaciones tienden a ser frecuentes, pero nunca se sabe cuándo toca pasar la noche fuera de casa. El daño colateral que sufre la familia más directa, como los hermanos, es una de las dificultades de la conciliación con esta enfermedad. Entienden la situación y se sienten con la responsabilidad de ejercer de hermanos mayores, pero tienen miedo y sienten celos por el grado de atención que sus hermanos necesitan .